miércoles, 21 de abril de 2010

Reíamos con Julio para no llorar. A propósito de su Vela del día 21 de abril. Un comentario de un socialcristiano.

Reíamos con Julio para no llorar. A propósito de su Vela del día 21 de abril. http://www.nacion.com/2010-04-21/Opinion/ColumnistaDelDia/Opinion2341590.aspx




Siempre es reconfortante saber la opinión de Julio, el cual como suele suceder esta siempre sobre el bien y el mal, de ahí que su doble moral siempre es oportuna para saber dónde no hay que ubicarse. El gestor del pacto Calderón – Figueres que llevó al saqueo del país, en su momento defendía los pactos secretos y la repartición de los bienes estatales por un grupito el cual atacó, únicamente, cuando se descubrió los alcances de los escándalos ALCATEL, Caja del Seguro Social Fischel y los denominados contratos de concesión. Habrá que esperar si otras acciones del Estado Rentista evidencian la corrupción y como los grupitos de disconformes y locos no eran tales.

Temo que si por la víspera se saca al día hay que temer las posiciones de Julio, donde avala

Carros policiales entrando, a toda velocidad, aplastando vallas y jardines sin coordinar las acciones con las autoridades universitarias.

Su defensa a entrar con decenas de policías con chalecos antibalas y fuertemente armados.

Su justificación al uso de los bastones largos como los esbozados por las dictaduras sudamericanas.

Su protección a los laboriosos y honrados contribuyentes de los cuales en su columna se reclutan entre los miembros del estado rentista, que atacan el estado y se han aprovechado de él a la luz de sus políticas supuestamente no intervencionistas y a los cuales todo derecho de los ciudadanos debe ser doblegado al capital.

Su embestida a los fueros sindicales y estudiantiles, pues pueden seguir a otros como el cooperativo y a la libre expresión desarrollada por otros medios no empresariales de la noticia

Y su ataque a los derechos, donde los únicos válidos son el comercio, la inversión y a los empleos chatarra

La doble moral de Julio es la que da risa y locura verbal. Reíamos con Julio para no llorar. Reíamos sus desaciertos, soberbia y desatino. Reíamos cuando se equivocó con el pacto Calderón - Figueres, reíamos como gracias a sus olvidos y doble moral (de la cual la clase político –rentista neoliberal es parte) perdimos un país. Reíamos que ya no podamos confiar en las velas de la luz y la razón justa. Reíamos para no llorar de los que crean pánicos sociales, a los que se burlan desde el cielo de la soberbia y no pueden ver la paja dentro de su propio ojo.

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