domingo, 4 de julio de 2010

Pocos del PUSC se promuncian ante la militarización de lucha contra tráfico de drogas.

Esteban A. Mata emata@nacion.com 09:22 p.m. 03/07/2010
La presidenta de la República, Laura Chinchilla, afirmó ayer que el Gobierno no pretende militarizar la lucha contra las drogas, aunque para el patrullaje se autorice la entrada de 46 buques de guerra de los Estados Unidos.
El ministro de Seguridad, José María Tijerino, y el comisionado antidrogas, Mauricio Boraschi, conversaron ayer con La Nación para explicar los alcances de las naves militares que trabajan en la lucha antidrogas. Alonso Tenorio.
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La mandataria indicó en su perfil de Facebook que tanto el ministro de Seguridad, José María Tijerino, como el comisionado antidrogas del Gobierno, Mauricio Boraschi, explicarían por qué Estados Unidos solicitó al país autorización para la entrada a aguas costarricenses de 46 embarcaciones, 200 helicópteros, 7.000 hombres y diez aviones de combate Harriet, entre el 1.° de julio y el 31 de diciembre de este año.
Tijerino y Boraschi visitaron ayer La Nación y afirmaron que no hay interés en militarizar el patrullaje conjunto que realizan Costa Rica y Estados Unidos desde 1999.
Lo que pasa, comentó Tijerino, es que las naves militares vienen bajo el mando del servicio de Guardacostas de Estados Unidos, y responden a estas autoridades, “no a la Armada”.
De esta manera, las naves con permiso para ingresar no vienen bajo el mando de la Fuerza Naval, sino que fugen como “equipos de apoyo” a los guardacostas estadounidenses, que a su vez apoyan las acciones de las autoridades de nuestro país.
En cuanto al permiso para que 7.000 hombres entren al país con sus uniformes puestos, tanto Boraschi como Tijerino enfatizaron que no llegarán todos juntos, ni tampoco realizarán trabajos que les correspondan a las fuerzas policiales costarricenses.
Estos hombres son el total de la tripulación de las 46 naves y entre ellos se encuentran técnicos de las embarcaciones, pilotos de los helicópteros y de los aviones de guerra que pueden trasladar los portaaviones con permiso para ingresar a aguas de jurisdicción nacional.
El permiso otorgado el jueves por el Congreso no implica mayores diferencias con otros en cuanto a cantidad de naves, dijo Tijerino.
Sin embargo, aceptó que las características bélicas de las embarcaciones sí son mayores, pues así lo requiere la lucha contra las drogas, que en este momento, y pese al convenio de cooperación, siguen perdiendo tanto las autoridades ticas como las estadounidenses.
Por su parte, Boraschi recalcó que es preferible que transiten por el país soldados estadounidenses antes que sicarios o traficantes de drogas. El permiso otorgado expira en diciembre de este año.

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